Las culturas que habitaron nuestro territorio desarrollaron el culto al agua, creando una sociedad y espacios urbanos articulados con este elemento fundamental, un territorio hidrosocial. Gracias a las fuentes de agua naturales como los nevados, lagunas, manantiales, ríos y lluvia, se podía realizar las prácticas agrícolas, que era una de las actividades fundamentales de la sociedad del antiguo Perú.
A partir del flujo natural del agua en el territorio andino, se construye canales, acequias, huachaques, acueductos, pozos, así como espacios de adoración al agua utilizando la piedra de los cerros.
Las piezas bajo el nombre Hidrolítico son objetos escultóricos de piedra de los Andes que no acercan al ritual del agua en la vida contemporánea. Explorando la relación entre el material lítico y la naturaleza fluida del agua en el territorio.
Mármol gris fátima de Huánuco